Dos de los detenidos, custodiados por un agente de la Guardia Civil.
Nueve personas han sido detenidas en relación con el robo de una tonelada de cable de cobre en las provincias de Madrid, Guadalajara, Ávila y Soria, ha informado la Guardia Civil.
Seis de los detenidos son rumanos que se dedicaban al robo del material, mientras que los otros tres son españoles que compraban el material robado.
La operación policial se inició tras el robo cometido el pasado mes de febrero en una empresa de prefabricados en Humanes (Guadalajara), donde unos delincuentes sustrajeron dos transformadores y cable de cobre por valor de 300.000 euros.
Posteriormente, los agentes descubrieron hechos similares en Madrid, Guadalajara, Ávila y Soria, aunque destacaban sendos robos cometidos en instalaciones de Canal de Isabel II Gestión, de la localidad madrileña de Brunete, y en la estación de bombeo del Canal de Isabel II ubicada en la urbanización Navapark de la localidad de Navahondilla, en Ávila.
En Guadalajara, la operación ha permitido esclarecer once robos con fuerza cometidos en la provincia.
En concreto, se han esclarecido cuatro robos cometidos en Humanes; dos robos en Sigüenza y un robo en Jadraque, Chiloeches, Saúca, Molina de Aragón y Torija, respectivamente.
Los ladrones cometían sus robos de noche en zonas aisladas y luego se iban a otros descampados, de difícil acceso, en los que se deshacían de las carcasas que contenían el cobre para trasladarlo a una nave de Madrid.
El traslado del material robado se hacía en un vehículo que era precedido por otros para garantizar que no había controles en el camino en los que pudieran ser interceptados por las fuerzas de seguridad.
En una ocasión dejaron abandonados los vehículos cargados con el cable robado cuando fueron sorprendidos por una patrulla policial.
La Guardia Civil estableció un dispositivo para vigilar a un grupo de personas de las que se sospechaba que pudieran estar detrás del robo y la compra ilegal del material sustraído.
De esta forma fueron detenidos los seis rumanos que cometían los robos y los tres españoles que compraban el cable y que gestionaban una chatarrería de la Cañada Real de Madrid.
Los compradores del cable ya habían sido detenidos por los mismos hechos en otras operaciones contra el robo de este material, según el instituto armado.