La Policía Nacional ha detenido a ocho personas como presuntos miembros de una organización que falsificaba documentos por encargo, como pasaportes, visados y permisos de conducir, en un antiguo club de alterne de la provincia de Toledo y que vendía por entre 300 y 6.000 euros.
Según informa la Dirección General de la Policía, la investigación comenzó el pasado mes de febrero, cuando una mujer rumana solicitó al consulado de su país un poder consular para obtener el certificado de divorcio en su país de origen, para lo que presentó un documento de identidad falsificado.
Al ser detectada la falsificación, el consulado se puso en contacto con la Policía, que procedió a la detención y comenzó a investigar para averiguar la procedencia del documento.
Tras varias pesquisas, los agentes comprobaron que se lo había proporcionado una red compuesta por ciudadanos rumanos, perfectamente estructurada y cuyos miembros se encargaban de todo el proceso, desde la captación de clientes hasta la entrega, pasando por la elaboración de los documentos, de gran calidad, según la Policía.
Para conseguir clientes, los «captadores» se encargaban de localizar sobre todo personas que querían obtener el NIE para residir y trabajar en territorio español.
Los «captadores» ponían a los clientes en contacto con diversos «intermediarios» que, a su vez, contactaban con el «intermediario principal», que era el único que conocía al «falsificador» y a sus colaboradores.
De esta manera, la organización se aseguraba de que ni los clientes ni los intermediarios mantuvieran ningún contacto con los falsificadores.
Tras una reunión del intermediario con el falsificador en su domicilio de El Casar de Escalona (Toledo), se trasladaban al laboratorio que la organización había instalado en la oficina de un antiguo club de alterne de una localidad próxima, que actualmente se encuentra cerrado al público y que tenían alquilada.
Allí se confeccionaban los documentos solicitados, principalmente de identidad y permisos de conducir rumanos y húngaros, además de visados Schengen.
El precio de los documentos podía oscilar entre los 300 y los 6.000 euros, dependiendo de la urgencia y necesidad que tuviera la víctima para disponer de ellos.
Con autorización judicial, la Policía registró los domicilios de los principales sospechosos, dos de ellos en Madrid y otro en El Casar de Escalona, así como en el club de alterne en el que la organización había instalado su laboratorio.
La operación se ha saldado con la desarticulación de la banda y la detención de sus ocho principales integrantes, así como el desmantelamiento del laboratorio que los mismos empleaban para la falsificación de documentos, actividad que llevaban realizando al menos desde el año 2010.
Durante los registros se ha intervenido, además de dinero en efectivo, el sofisticado material empleado en la falsificación de documentos: escáneres de última generación, una plastificadora y ordenadores portátiles.
Asimismo, material plástico con escudos oficiales de Rumanía e Italia para la confección de tarjetas con hologramas, papel con fibrillas integradas prácticamente idéntico al original para la elaboración de pasaportes y visados, fotografías, una impresora láser multifunción, sellos originales de distintos organismos y anotaciones con la contabilidad de la organización.