La familia de Ana María Fernández, la joven que fue asesinada en Puertollano el 16 de noviembre de hace 16 años y cuyo caso sigue sin resolver, ha pedido nuevas pruebas para intentar esclarecer el caso. En concreto, la familia ha anunciado que va a pedir a la Policía la ropa que llevaba Ana María, que entonces tenía 28 años, vuelva a ser objeto de análisis, según indican los familiares en una nota de prensa.
El cadáver de Ana María Fernández apareció en un descampado de Puertollano con numerosas puñaladas, en la madrugada del 17 de noviembre de 1997.
En aquel momento, la Policía descartó el móvil sexual después de que la autopsia confirmara que no hubo violación e interrogó al novio de la joven, con quien había discutido días antes de su muerte, y a otros dos jóvenes con quienes se les vio por última vez, sin resultado para la investigación del caso.
La familia sostiene que, «si hubo sangre, por mucho que se lave no se borra» y «con los medios técnicos de hoy día se puede localizar y llega a determinar de quién es; sangre o pelos, o lo que pueda quedar».
El objetivo es que quien quitó la vida a su hija «la pague y no siga libre con total impunidad» y, para ello, la familia de Fernández Monroy ha contratado un nuevo abogado, que ya ha asumido el caso y, según el comunicado hecho público, «maneja una serie de documentación que quiere cotejar con la fiscalía».
La investigación no se llevó bien desde un principio, reiteran los familiares, que no se resignan a aceptar que el caso está resuelto y el asesino o asesinos de su hija en la calle.