Siete de los ocho acusados por la trifulca que se desencadenó en agosto de 2009 en La Puebla de Almoradiel (Toledo) durante la fiesta de «La Caldereta» y que acabó con cuatro personas en el hospital se han declarado culpables de las agresiones, mientras que uno de los principales encausados ha insistido en su inocencia.
Aunque durante dos horas se trató de alcanzar un juicio de conformidad, finalmente se celebró la vista oral contra José María T.S., Joel V.M., Jorge N.D., Jorge S.M., Rubén G.G., Miguel Ángel L., Iván C.T. y Alberto S.D., para quienes a fiscalía solicita penas que oscilan entre una multa de 720 euros y cuatro años de cárcel.
A pesar de que el fiscal solicita para Jorge S.M. cuatro años de cárcel (la misma pena que para Jorge N.D.) durante la vista oral celebrada en la Audiencia de Toledo el inculpado ha insistido en que el sólo estuvo en la pelea como mero observador y que se limitó a propinar unas patadas al coche de José María, para quien el fiscal pide dos años de cárcel.
Durante la vista oral se pusieron de relieve las contradicciones entre los acusados, cuyas declaraciones no despejaron muchas de las lagunas que están sin aclarar sobre lo ocurrido la madrugada del 8 de agosto de 2009 en esta localidad, entre ellas quien hirió con una cadena de pitón a los padres de José María.
La trifulca, que congregó a numerosas personas, acusados y testigos, tuvo dos episodios diferentes, pues primero hubo un altercado en la zona del Prado de la Estación, donde se agredieron José María y Joel, al parecer con un palo y una piqueta, y cuyo desencadenante fue una discusión por temas de tráfico.
La pelea tomó mayor dimensión minutos después en las inmediaciones de la casa de los padres de José María, quienes también resultaron con lesiones y que congregó a numerosas personas, aunque la fiscalía ha solicitado el sobreseimiento para otros siete imputados, que no se han sentado en el banquillo, por entender que no está suficientemente probada su participación en los hechos.
Tras las agresiones, los cuatro heridos -Joel, José María y los padres de éste- fueron conducidos al hospital de Alcázar de San Juan (Ciudad Real), donde tuvieron que mediar los médicos para apaciguar los ánimos entre los dos bandos enfrentados, por una parte José María y su familia, y por la otra Joel y sus amigos.
Los heridos tuvieron contusiones, hematomas roturas de huesos y heridas inciso contusas, entre otras lesiones, para cuya curación se llegaron a necesitar varias semanas en el caso de la madre de José María.
El miércoles continua la vista oral con la declaración de los testigos, entre ellos Alberto, «El Chinche», quien habría conducido a los acusados hasta la casa de José María para seguir allí con la pelea, según han coincidido los acusados.