La Guardia Civil ha desarticulado una red de tráfico de armas destinadas al crimen organizado en una operación en la que han sido detenidas seis personas, se ha desarrollado en Vizcaya, Madrid, Alicante, Toledo, Navarra, Barcelona, Girona y Segovia y se han intervenido 49 pistolas y revólveres, cinco subfusiles, dos ametralladoras y cuatro armas largas.
Operación Botxo contra el tráfico de armas ilegal
En esta misma operación, llamada Botxo y de la que se ha informado en nota de prensa, los agentes se incautaron también de 4.936 cartuchos metálicos con proyectil, de diferentes calibres, 2,5 kilos de pólvora, dos granadas de mortero y demás elementos para la fabricación artesanal de munición.
La operación se inició el pasado año cuando se detectó que una persona, residente en la provincia de Vizcaya, podría estar traficando con armas, vendiéndolas a través de internet y enviándolas a sus compradores por medio de paquetes postales.
Lo hacía desde hacía varios años
La investigación reveló que este individuo venía dedicándose a esa actividad ilegal desde hacía varios años a través de diferentes portales y foros de internet.
Para evitar ser descubierto, el sospechoso cambiaba con frecuencia su identidad virtual.
Pese a ello, los agentes averiguaron que el suministrador de las armas era un hombre que se hacía pasar por «corredor» de armas autorizado (intermediario) de la provincia de Madrid.
Se revendían por terceros a delincuentes
Descubrieron que se dedicaba a desviar armas y munición al mercado ilegal, donde se revendían por terceros a delincuentes de toda España.
En el registro de su domicilio se encontraron, pese a estar minuciosamente escondidas, la mayoría de armas y municiones incautadas en esta operación.
También fue hallado un taller donde las manipulaba y fabricaba su propia munición, al igual que hacía otra de las personas detenida en la provincia de Alicante.
Arrestados los compradores ilegales
Entre los arrestados en esta operación también están la mayoría de los compradores ilegales de las armas, a los cuales se les relaciona con el crimen organizado y con antecedentes por tráfico de drogas y falsificación de moneda.
Uno de los detenidos llevaba varios años huido de la justicia, pesando sobre él varias órdenes de búsqueda y captura, motivo por el cual hacía uso de una identidad falsa.
Dos de los detenidos ingresaron en prisión incondicional por orden de la autoridad judicial.
Otros tres imputados
Además, otras tres personas han sido imputadas por los presuntos delitos de tráfico de armas, depósito de armas, depósito de municiones, depósito de explosivos, tenencia ilícita de armas, falsificación de moneda, contra la salud pública, defraudación de fluido eléctrico, usurpación de estado civil y falsedad documental.
En los registros, además de las citadas armas, fueron intervenidos numerosos cañones nuevos y otras piezas fundamentales (tambores de revólver, cerrojos, conjuntos de cierres o armazones) para el ensamblaje y rehabilitación de armas.
Una impresora de billetes falsos
También fue hallado un escáner-impresora de última generación para la impresión de billetes y numerosos billetes falsos, así como una plantación de interior de marihuana.
Esta operación ha sido desarrollada conjuntamente por la Jefatura de Información, la Sección de Información de la Zona del País Vasco y el Grupo de Información de la Comandancia de la Guardia Civil de Vizcaya, con el apoyo de los Grupos de Información de las Comandancias de Madrid, Alicante, Toledo, Navarra, Girona y Segovia, así como de la Sección de Información de la Zona de Cataluña, y efectivos del GAR, del GRS y del Servicio Cinológico.
Las posibles vinculaciones entre el tráfico de armas y el crimen organizado hacen que la lucha contra esta amenaza sea una de las prioridades tanto de la Estrategia de Seguridad Nacional como de la Unión Europea, recuerda la Guardia Civil.
Más de 72 operaciones
El Servicio de Información ha desarrollado más de 72 operaciones contra redes de tráfico de armas en las que se han detenido a 426 personas y se han incautado 4.390 armas de fuego (muchas de ellas de guerra), 443.130 cartuchos metálicos y más de 700.000 euros en los último cinco años.