Susana Guerrero, la madre que se niega a entregar a su hija al padre de ésta -condenado por malos tratos e investigado por presuntos abusos a la menor- y acusada de un delito de denuncia falsa contra la actual pareja del progenitor, se ha declarado inocente en el juicio celebrado hoy.
Guerrero ha asegurado en el juicio, que se ha celebrado en los juzgados de Talavera y que ha quedado visto para sentencia, haber denunciado el 26 de octubre de 2012 que la compañera sentimental del padre de su hija, R.M.S.R., maltrataba a la niña de 10 años, Nayara; si bien ha agregado que el protocolo se activó con carácter previo, a raíz de una denuncia de los servicios de salud canarios. Según la madre, aunque la menor no le dijo que le pegaban y no presentaba signos de violencia, se dio cuenta de ello tras un periodo vacacional de mes y medio con el progenitor y su pareja por los «actos de protección» que llevaba a cabo cuando la duchaba y la propia hija le refirió los hechos en septiembre.
Guerrero ha relatado que días después de presentar la denuncia, en noviembre, tuvo una vista en el Juzgado y comunicó los hechos a la jueza, además de pedir una orden de protección para la menor. Si bien, a pesar de ello y conociendo que su hija «presuntamente» sufría malos tratos, la jueza la presionó para que entregara la niña a su padre «bajo amenaza» de quitarle la custodia.
Por su parte, R.M.S.R. ha declarado que, durante el tiempo que la pequeña pasaba con ellos, ella se ocupaba de la niña y ha negado haberla maltratado o sentir rechazo hacia la niña, ya que para ella era «como una hija». También el padre, F.J.M.T., ha afirmado que a la niña «se la trataba muy bien en casa» y ha negado que él pegara a su pareja, así como haber visto a R.M.S.R. maltratar a la menor.
El perito judicial, Maxim Wimberg, ha ratificado el informe elaborado en julio de 2013 tras entrevistar a la niña y a su madre biológica, según el cual, la denuncia es «insustantivada» y la menor no ha sufrido malos tratos. El perito ha argumentado que Susana sufre un «trastorno de personalidad» derivado de una «elevada inestabilidad emocional» y que, por su manera de relatar los hechos a través de una «retahíla de frases raras», el testimonio de la menor «no es creíble, sino inducido», ya que, según el perito, la niña asegura al final de su declaración: «mamá me ha dicho que lo diga». También la fiscal ha considerado que el testimonio de la menor «no es creíble», teniendo en cuenta el informe del perito, que la pareja del padre niega haber maltratado a la menor y que éste niega haber visto que la pegase. Además, en la exploración que se hizo a la niña en presencia del juez instructor, la menor manifestó que ninguno de ellos la había maltratado.
Por todo ello, la fiscal ha señalado que se trata de una denuncia «maliciosa», a sabiendas de la falsedad de los hechos, y ha pedido para la acusada una pena de multa de 24 meses con una cuota diaria de 12 euros. También la acusación ha aseverado que la entrega que se llevó a cabo en sede judicial en noviembre se realizó «sin ningún tipo de incidente» y que no hubo rechazo o animadversión hacia el progenitor y ha solicitado una indemnización de 3.000 euros por daños y perjuicios para R.M.S.R..
Finalmente, la defensa ha pedido la total absolución de Susana Guerrero y ha subrayado que el único delito que ha cometido la acusada ha sido «enfrentarse al sistema en defensa a ultranza de su hija». Además, ha tachado de «capcioso, falto de objetividad e impropio de un profesional» el informe elaborado por el perito pues, en su opinión, lo relaciona con el Síndrome de Alineación Parental y prejuzga a la madre.