Tres nuevas llamadas que en realidad eran falsos secuestros virtuales se produjeron el jueves 5 en la ciudad de Toledo, aunque por fortuna ninguna de las víctimas llegó a pagar rescate alguno, tal y como ha informado hoy la Delegación del Gobierno en Castilla-La Mancha.
No es un secuestro real, sino una modalidad de estafa telefónica en la que se busca generar una situación de bloqueo y angustia en el interlocutor que recibe la llamada, a quien se le hace creer que un familiar ha sido raptado y que será torturado si no paga de forma inmediata un rescate. En los tres casos exigieron cantidades que oscilan entre los 10.000 y los 20.000 euros.
Las llamadas se realizaron por la tarde y por la noche, entre las 16 y las 23 horas, desde teléfonos ocultos o con el prefijo 0056, de Chile, intentando desde el primer momento intimidar a la víctima para que, ante su situación de nerviosismo, les facilite más información sobre el supuesto familiar secuestrado y hacer incluso más creíble la situación.
Y el objetivo es que ante frases como «mamá, estoy secuestrado» o «me quieren matar», la víctima no pueda colgar para comprobar la veracidad de los hechos y pague el rescate.
En uno de los tres casos de ayer se da la circunstancia de que una de las víctimas no tenía hijos, ya que las llamadas se realizan de forma indiscriminada.
Los delincuentes, con marcado acento sudamericano, además de identificarse como miembros de bandas criminales, llegan incluso a imitar las voces de los familiares supuestamente secuestrados, imitaciones que apenas duran unos segundos para evitar que las víctimas descubran el engaño. E incluso utilizan efectos sonoros para que despierten terror en los interlocutores y les atenace.
De esta forma, conducen a sus víctimas a un bloqueo que les impide comprobar la veracidad de la amenaza y la localización de los supuestos rehenes, a no realizar preguntas para las que los secuestradores no tienen respuestas, a no avisar a la Policía y a pagar cuanto antes.
Es por ello por lo que los especialistas en secuestros y extorsiones de la Policía Nacional insisten en que hay que desconfiar de este tipo de llamadas y contactar rápidamente con ellos a través del 091 o en cualquier comisaría.