La víctima, que ha declarado por videoconferencia, ha reconocido que paseaba «sola con él» y que él «sí» se bajó los pantalones, «sí» le obligó a masturbarle y «sí» la penetró «en varias ocasiones».
El anciano de 70 años acusado de abusar sexualmente de una niña durante tres años en Villarrobledo (Albacete), C.P.F., ha negado los hechos y ha asegurado que solo salía a pasear con ella «pero siempre con más gente».
La Audiencia Provincial de Albacete ha acogido la primera sesión de este juicio, donde el acusado ha aseverado que «nunca, en la vida», ha obligado a la menor a masturbarle y que «jamás» la había penetrado.
En su escrito, el Ministerio Fiscal pide para C.P.F., que se encuentra en prisión provisional por los hechos desde el 25 de octubre de 2010, un total de 32 años de cárcel.
En concreto, le acusa de dos delitos de agresión sexual a la menor, que tenía entre siete y 10 años cuando habrían ocurrido los hechos, por los que pide nueve años de cárcel por cada uno, así como otros 10 años por un delito de abusos sexuales continuado y cuatro más por un delito de corrupción de menores.
El acusado sí ha reconocido que paseaba con la niña por una zona con descampados, en la localidad donde ambos residían, pero que «nunca» fue «solo con ella» y que «era ella una de los niños que me llamaban para ir a pasear».
También ha aseverado que nunca le dio dinero, aunque sí «algún caramelo o chicle».
Cuando el acusado ha negado haber abusado sexualmente de la menor, el fiscal le ha dicho que, en la exploración médica, quedó probado que la niña tenía el himen perforado y el acusado ha exclamado que «esa muchacha andaba con muchos críos de su edad y mayores», pero ha reiterado que no le había tocado.
Después ha declarado la víctima, por videoconferencia, quien ha reconocido que paseaba «sola con él» y que él «sí» se bajó los pantalones, «sí» le obligó a masturbarle y «sí» la penetró «en varias ocasiones».
La niña ha asegurado que no se lo contó a su madre porque le «daba vergüenza».
También ha declarado por videoconferencia una amiga de la víctima, también de 10 años, que ha dicho que el acusado y la víctima «se iban solos a pasear».
Los trabajadores sociales de Villarrobledo, que fueron quienes alertaron a la Policía Local después de que una vecina del acusado y la víctima les contara que habían visto a ambos en «actitud sospechosa», han explicado que denunciaron los hechos cuando tuvieron conocimiento de lo que podría estar pasando.
También han señalado que la familia de la menor estaba desestructurada y «en situación de riesgo», por lo que llevaban varios años trabajando con ellos, aunque la niña no les había contado nada de esto.
El guardia civil que realizó el primer atestado ha apuntado que cuando detuvieron al acusado «se le informó del motivo de la detención pero no se le dijo quién era la víctima ni si era una o eran varias» pero que «el acusado se refirió a la menor en cuestión directamente, de forma espontánea».
Ha detallado que sobre ella, manifestó que «era una niña muy cariñosa, que lo mismo te toca la pierna o el culo».
Por videoconferencia han declarado también una vecina del acusado, J.L., y sus cuñados, que habían visto al acusado con la menor «en actitud sospechosa», entrada la noche, por un descampado de la localidad.
Han explicado que ya «sospechaban» que podía pasar algo pero que, primero la mujer con sus cuñados y otro día su marido -que también ha declarado-, vieron al acusado poner a la niña contra un cuadro de luz «y a la altura de sus genitales» y él «como bajarse el pantalón y taparla con la chaqueta».
Esta mujer fue quien avisó a una de sus hijas que, junto a su hermana, contaron lo que podía estar pasando a los servicios sociales.
Además, su hija llamó esa misma noche a la Policía Local para alertarle de lo que su madre había visto y para que fueran por la zona.
El juicio contra este caso seguirá mañana con la declaración de otros seis testigos, propuestos por la defensa, y los tres médicos que reconocieron a la menor tras la denuncia de los hechos.