domingo, 24 de noviembre de 2024
su madre habla con encastillalamancha 04/08/2016junio 7th, 2017

El próximo 5 de agosto hará un año que Laura del Hoyo Chamón y Marina Okarynska desaparecieron. Encastillalamancha ha hablado con María, la madre de Laura, quien recuerda que su intuición desde el principio le decía que algo malo había pasado. Ahora clama justicia para que Sergio Morate Garcés «se pudra en la cárcel». 

El último año «parece para todos una eternidad sin ella, llena de ilusiones, de proyectos, de ganas de vivir». Ella es Laura del Hoyo Chamón, «una buena hija y hermana», una joven «luchadora y trabajadora» que, como dice su madre a encastillalamancha.es, «demostró su bondad y dio la vida por una amiga, porque sin motivo y sin razón un asesino criminal acabó con su vida».


El próximo 5 de agosto hará un año desde que Laura se fue de casa para no regresar nunca más. Con un sencillo: «Me voy a tomar algo con Marina y ahora vuelvo«, se despidió de su madre, quien atiende amablemente por teléfono a encastillalamancha.

Las sospechas de que algo pasaba empezaron porque «Laura me llamaba a todas horas», pero aquel día no lo hizo. Salieron a buscarla y encontraron su móvil y su bolso en el coche. El mundo se les vino encima, algo había pasado. Pusieron una denuncia. La rabia y el dolor se incrementa a través del teléfono al recordar ahora algunas palabras de los agentes que la atendieron aquella noche: «Será una escapadita de fin de semana».

Irán atando cabos, irán preguntando, se enterarán de que Marina le dijo a su madre que iba a casa de Sergio a recoger su ropa. «¿Por qué lo hizo? ¡Que se hubiese quedado la ropa, como si la quemaba!».

Fueron siete días y siete noches horribles, siete días y siete noches que no se borrarán de su cabeza, siete días y siete noches en los que solo podía mirar al cielo para no perder la esperanza, aunque su intuición de madre le decía que algo había pasado, que su hija no estaba bien.

«A mi hija me la mató para huir. Es espeluznante ver donde la dejó… ¿¡Cómo se puede ser tan mala persona!?», preguntas y más preguntas que no tienen respuesta, porque la única es que «dos criaturas que merecían vivir ya no están».

El dolor de María en sus palabras se mezcla con la pena, la voz se entrecorta por la emoción porque «estamos viviendo sin ella, sin ilusión ni ganas de vivir», confiesa.

«MI HIJA FUE UNA BUENA AMIGA»

En ocasiones piensa en lo que pudo pasar aquella noche, su hija viendo que a su amiga la pegaban, su reacción, cómo hizo para ayudar a Marina, porque «mi hija fue una buena amiga y por eso está donde está». Laura podía no haber ido con Marina, acababa de llegar de Valencia, con muchos proyectos en la cabeza, con muchos sueños. Su madre siempre recordará su sonrisa, una sonrisa de felicidad en la cara, «era muy especial, era única».

«No quiero que me nombren ni a él ni a su familia», asegura mientras recuerda como iban pasando las horas de aquella trágica semana. «70 horas, 100 horas… y piensas: las tendrá encerradas, las dará de comer… pero no me podía imaginar que podía estar allí tirada. Quiero que Sergio Morate Garcés sufra como nosotras«.

Un año después la familia está «rota por el dolor», y así estarán toda la vida. Ahora solo reclaman «una Justicia como siempre la hemos pedido: rápida, eficaz y contundente. Pedimos la pena máxima y que se pudra en la cárcel, que no vuelva a salir jamás, ya que si los anteriores responsables no le hubiesen dado la libertad y no hubiese salido de la cárcel, esto no hubiese pasado, ya que sabían perfectamente los antecedentes que tenía».

«Este asesino criminal, Sergio Morate Garcés, ojalá sufra hasta el último día de su vida ya que nunca pagará el daño, el dolor, la desolación… que tenemos. Ojalá le juzguen como se merece un asesino criminal, frío y calculador, que tenía todo premeditado. Cuenca y todos los conquenses no nos merecemos tenerle suelto por la calle», asegura María, quien agradece las múltiples muestras de afecto que han recibido de toda España. «Telegramas de ayuntamientos como el de Madrid, Sevilla, Salamanca, Archena o Valladoldid, diputados y diputadas, de la expresidenta María Dolores de Cospedal, del presidente Emiliano García-Page, de los reyes de España» y un largo etcétera.

La madre de Laura continúa agradeciendo las muestras de cariño que han recibido entre tanto dolor y sufrimiento. Como las del padre Ángel, «que me da mucha paz», o las de la corporación municipal, el alcalde Ángel Mariscal y Mármoles Granero, quienes han organizado un acto para recordar a las jóvenes el sábado junto al Auditorio de Cuenca, un lugar muy especial para Laura. Un gracias muy especial para la persona que las encontró en una poza del río Huécar, porque «de no haber sido por él, quién sabe»

Los días siguen pasando, pero el recuerdo de aquel mes de agosto permanece. «Me estiro del pelo porque me vuelvo loca», reconoce una madre que saca la energía que le sigue dando Laura, porque «a veces noto como que me dice: Mamá lucha. Seré su voz, porque Sergio Morate Garcés conmigo no va a poder«.

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