El laboratorio de cocaína se encontraba en Illescas (Toledo) y el «cocinero», un experto en la materia, es un hombre que trabajaba para bandas de narcotraficantes. La Policía Nacional ha detenido en la operación a cinco personas y se han intervenido 22 kilos de cocaína, 5.820 litros de productos químicos guardados en garrafas y cerca de 400 kilos de diferentes sustancias precursoras, tal y como ha informado hoy en Toledo y en rueda de prensa el director general de la Policía, Ignacio Cosidó.
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El experto «cocinero» sabe perfectamente cómo extraer la cocaína de los distintos soportes en los que llegaba desde Sudamérica, impregnado o disuelto, además de para adulterarla posteriormente.
Todo comenzó cuando los agentes comenzaron a investigar a un grupo que distribuía la cocaína desde Madrid a otras ciudades de España. Fue entones cuando localizaron a un ciudadano colombiano, que llevaba tiempo en España, y que trabajaba como «cocinero» en diferentes laboratorios clandestinos para distintas organziaciones de narcos. Y comprobaron que en estos momentos estaba vinculado a un grupo de traficantes asentado en las provincias de Toledo y Madrid.
La investigación comenzó en octubre, tal y como ha confirmado el jefe de la Brigada Central de Estupefacientes de la Policía Nacional, Ricardo Toro, y averiguaron que llevaban bastantes semanas haciendo acopio de productos químicos como acetona, eti acetato, hexano y amoniaco.
La cocaína resultante iba a ser vendida al por mayor, el laboratorio lo tenían en un chalé en Illescas (tenían al lado otro alquilado) y recelaban hasta de los empleados municipales que se dedicaban a recoger la basura en la zona, ya que llevaban mochilas y miraban demasiado a los chalés de los narcos.
EL LABORATORIO DESMANTELADO ERA UNO DE LOS MÁS IMPORTANTES DE ESPAÑA
Toro ha recalcado que el laboratorio desmantelado «es iuno de los más importantes de España, aunque la mayoría están en lugares remotos, como la selva colombiana, pero España es uno de los países europeos que eligen».
La producción se dispararía a cientos de kilos porque además de los 22 que habían fabricado ya, los 6.000 litros de productos químicos intervenidos dan una idea de la tremenda capacidad de producción que tenían.
La organización estaba compuesta por españoles en su mayoría, aunque el jefe era el «cocinero» colombiano y uno de los españoles ya había aprendido sus técnicas.
Adoptaban grandes medidas de seguridad en los dos chalés contiguos que tenían en Illescas, porque entraban por uno y de ahí accedían al otro, donde estaba el laboratorio. Tenían también dos perros, «bastante fieras», que les advertían de la gente que se acercaba.