Un cura de Talavera, J.L.G.M., ha sido apartado por el Arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez, después de la misiva que envío una supuesta víctima de abusos sexuales en Talavera al Papa Francisco, según publica El País.

La carta también fue enviada al prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe y a ambos les adjuntó una copia de la querella que interpuso esta mujer que habría sido víctima de tocamientos, violaciones y agresiones entre 2010 y 2013.

Los hechos fueron denunciados ante la justicia en octubre de 2017 y ha tardado más de dos años y cuatro meses en tomar declaración a la víctima. En julio de 2018 el vicario general de la diócesis entrevistó a chica, que en el momento de los presuntos abusos era una menor, pero la justicia ha ido más lenta en el proceso. Este viernes tomará declaración al supuesto agresor y la juez decidirá si abre proceso penal.

Director espiritual de un colegio donde estudiaba la víctima

Desde la Archidiócesis no han dado más explicaciones para proteger la identidad de la víctima y del sacerdote, al igual que tampoco ha dado más detalles de las medidas impuestas al cura salvo que ya no ejerce en la parroquia San Ildefonso de Talavera, donde estaba destinado desde 2009.

El cura era el director espiritual de un colegio religioso de Talavera donde estudiaba la víctima. Lo hechos denunciados ocurrían cada dos semanas en la citada iglesia, donde se habría producido los tocamientos y las violaciones.

El 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, fue el día en el que la chica ahora de 22 años declaró en el Juzgado de Instrucción Número 4 de Talavera. Allí narró cómo se habrían producido los hechos, indicando que conoció al párroco en el Camino de Santiago y que iba al despacho parroquial a hacer tratamiento espiritual porque estaba pasando unos duros momentos por la separación de sus padres.

Contó que el cura abusó sexualmente de ella, la amenazó y maltrató física y psicológicamente. «Me decía que era un regalo de Dios«, relató la víctima. «Me llamaba puta. Me decía que no valía nada, que nadie me iba a creer y que me mataba si lo contaba», aseveró.

Las chica comenzó a tener problemas psicológicos desde el año de los abusos

La denunciante comenzó a sufrir problemas de anorexia y a tener tendencias suicidas desde el mismo año que comenzaron los supuestos abusos. Hasta 12 veces intentó quitarse la vida la joven en aquel tiempo. El informe clínico que iba junto a la querella especificaba que tanto el trastorno alimenticio como las ideas suicidas eran producto de un síndrome postraumático que fue originado por episodios «terroríficos, impactantes o peligrosos» que llevaron a bloquear su mente.

Tras confesar los abusos, los psiquiatras le recomendaron que escribiese lo que había vivido para así poder recordarlo. Lo relató en inglés y posteriormente lo denunció.

El abogado del cura le preguntó a la víctima si la querella la había interpuesto producto de los celos hacia su madre por mantener una relación sentimental con el párroco, algo que la víctima negó.

Trasladado a Toledo en junio de 2017, pero no llegó a ejercer

Cuando se conoció que el párroco mantenía una relación con la madre, en julio de 2017, el arzobispo toledano trasladó al cura a la parroquia San Juan de la Cruz de Toledo y fue designado como profesor en el Instituto Teológico San Ildefonso. Según relata El País tras haber consultado a fuentes directas, nunca se incorporó ninguno de los dos puestos.

Lo que sí hizo durante 2018 fue impartir un curso sobre «la moral del amor esponsal, el sentido unitivo procreador, la vivencia de la virtud de la castidad«.

La madre llevó a la víctima a casa del cura para hacerle un exorcismo

Ante la juez encargada de la instrucción la denunciante explicó que su madre la llevó hasta casa del sacerdote para que, junto con otro cura, le practicaran un exorcismo. Creían que tenía «un demonio dentro» y por eso tenía las tendencias suicidas. Al día siguiente volvió a la parroquia para otra sesión de exorcismo y en esta ocasión el cura habría violado y agredido a la víctima.