Día y medio después de la DANA, la situación en Toledo parece haberse calmado. Bueno, solo lo parece. Hay muchas zonas afectadas y muchas consecuencias que, a primera vista, en muchas zonas no se perciben, aunque en otras sí. ENCLM recorre algunos de los puntos afectados por las intensas trombas de agua caídas el pasado domingo y habla con algunos de los afectados.
Fotos | Toledo, días después de la DANA
«He visto muchas veces bajar el arroyo, pero el domingo era brutal»
Azucaica es uno de los barrios especialmente dañados. Las calles se encuentran cubiertas de barro, aunque cierto es que la jornada tan intensa de trabajo del lunes de vecinos y operarios hace que la primera impresión, una vez asumido el desastre, sea de sosiego. Quizás es agotamiento tras 24 horas temblando o limpiando.
Carmen es vecina del barrio, de toda la vida. Nos cuenta que principalmente le ha afectado al garaje y en el trastero a causa del lodo, que llegó a una altura de 15 centímetros. Reconoce que ha tenido que «tirar cosas», pero es consciente de que hay vecinos que han tenido más problemas, ya que en sus viviendas sí que llegó a entrar agua.
«El domingo era brutal el ruido del agua. He visto muchas veces bajar el arroyo, pero el domingo era brutal el ruido del agua, la cantidad y la velocidad con la que bajaba», asegura. «Sí, tuve miedo. Parecía que no tenía fin. No sabíamos hasta dónde iba a llegar. Estás oyendo llover y de repente es un ruido horrible. Una balsa de agua y piedras que arrasa con todo. Veías como desplazaba los coches».
Vídeo: Sara M. Trevejo
Carmen insiste en que Azucaica es «el barrio del olvido». Recuerda que «hace dos años (tras la otra DANA) estuvo la ministra ( de Transición Ecológica, Teresa Ribera) y parece que se comprometió a canalizar el arroyo bien canalizado, pero no ha habido actuación alguna». Sí se muestra satisfecha con las labores de limpieza, que «están siendo bastante efectivos quizá con la impaciencia de todos que siempre queremos que nuestra casa sea la primera».
«Te sientes impotente»
Ignacio sí vio entrar el agua en su casa, «harto de sacar barro«. Estuve cinco o seis horas sacando lodo del garaje y del patio». «No pasamos miedo, pero sí te sientes impotente porque ves como entra el agua en tu casa y no puedes hacer nada». «En cuanto caen cuatro gotas ya está el agua aquí», señala Ignacio que indica como causa de la situación al arroyo y la construcción de la autopista AP-41. Lamenta que «aquí nadie quiere saber nada del arroyo. Esperemos que este alcalde nuevo dé soluciones».
Álvaro es trabajador de la empresa AM Alonso que estos días está haciendo labores de limpieza para el Ayuntamiento. Nos cuenta que «es una de las situaciones más complicadas, junto con Filomena, en las que ha estado realizando labores». Su espíritu afable «pudiendo dejar a la gente todo esto lo mejor posible».
Unauto, la empresa de autobuses de Toledo: «Esto es realmente duro»
El punto clave y más dañado de la ciudad a causa de las trombas del domingo es la punta más al este del Polígono Industrial de Toledo. Impacta ver el paraje. Tierra y piedras por todos lados, mobiliario en las puertas de las naves, interiores arrasados por el lodo, oficinas destrozadas, conductores perdidos que preguntan como coger la carretera de Ocaña (cuyo tramo más próximo está cortado).
Excavadoras y camiones funcionando constantemente, decenas de personas limpiando y recogiendo sin parar. El sol brilla haciendo que el barro, dueño indeseado del lugar, se haga notar con más fuerza.
Una de las empresas más dañadas es Unauto, propietaria de la flota de autobuses urbanos de Toledo. Gran parte de ellos se vieron prácticamente cubiertos de agua tras las tormentas del domingo. Empleados del ayuntamiento y trabajadores, junto con el gerente, se afanan en la limpieza del lugar. Muchos conductores, a los que acostumbramos a ver al volante no han dudado en ponerse las botas y hacer todo lo posible para que las instalaciones y los autobuses se recuperen lo antes posible.
Autobús de Unauto dañado por la DANA. Foto: Rebeca Arango.
Alberto Egido, director general del Grupo Ruiz, al que pertenece Unauto, también está y ha estado permanentemente en el lugar desde que cayó todo. Nos cuenta que hay 23 autobuses afectados y que está muy dañado el edificio y las infraestructuras. «Nunca pensé que el agua hiciera estos destrozos», afirmaba ante los micrófonos de ENCLM.
La amabilidad no oculta su desazón y preocupación, pero tampoco su alegría de que no haya habido tragedia alguna ya que las personas de la limpieza que estaban trabajando pudieron subirse a la primera planta del edificio y «consiguieron salvar su vida». Es algo que «nos preocupaba muchísimo». Y sentencia: «Esto es realmente duro».
El personal de limpieza salvó la vida escapando a la primera planta
Francisco, Luis y Juanjo son algunos de los conductores que no se encuentran de servicio al volante, aunque sí de servicio ayudando en las labores de limpieza. Con energía y esfuerzo. Como muchos de su compañeros, para ellos es más que una empresa. «Es una situación que no nos ha pasado nunca. Es muy lamentable ver cómo estaba antes y cómo está ahora. Se está viviendo esto muy malamente», nos cuenta, además de decirnos que «casi todos los trabajadores nos hemos puesto a disposición de la empresa para solucionar lo antes posible la salida de los vehículos».
Relata cómo las personas que se encontraban trabajando metieron un autobús en el garaje contra la puerta de los talleres, el agua salía por los lados y el propio vehículo les pudo proteger, ya que dejaron todas las puertas abiertas para que hubiera puntos de escape del agua. Es asombrosa y admirable la lucidez mental que pueden tener algunas personas en situaciones tan extremas…
El taxi, a pleno rendimiento
El servicio de autobuses se encuentra funcionando al 50% gracias al apoyo del Ayuntamiento de Madrid que ha prestado varios autobuses municipales. Y los ciudadanos, comprensivos con la situación, también se ven afectados.
Encontramos a Miguel Ángel, vecino de Santa Bárbara, en una parada en la que normalmente guarda un tiempo de espera de 15 minutos, ahora es de media hora… «Esto nos ha venido así», dice resignado. Y Mónica, consciente de la situación, el lunes ni siquiera pudo ir a trabajar.
Ese día, el de la resaca total de la DANA, los taxistas tuvieron trabajo extra. Félix cuenta que la demanda aumento de forma importante y que eso hacía que los clientes tuvieran que esperar más de lo normal para ser recogidos. El martes ya el servicio iba con normalidad.
Este intrépido conductor realizó dos servicios a Madrid, pese a no tener pensado salir, en plena tarde de domingo, ya que tiene vehículo familiar y servicio de silla para bebés y se estaba demandando. No pasó miedo porque «confío plenamente en el vehículo e iba con respeto».
Campo de fútbol de Santa Bárbara, tras el paso de la DANA. Foto: Sara M. Trevejo.
Comida perdida y turistas sin turismo
Ramón regenta, junto con su hermano Alex, el restaurante El Arrabal, junto a la Puerta de Bisagra, por la que bajaron impresionantes riadas de agua. «Cuando empezó a llover por la mañana el domingo decidí irme a casa en Sonseca, de camino a casa me pilló». Y ya en casa «me saltaron las cámaras y la alarma me avisó de que me había saltado la luz. Bajé con la lluvia y desenchufé las cámaras, tenía los enchufes inundados de agua». De vuelta a casa volvió a saltar la alarma. Toda una odisea, cuenta a ENCLM.
«Nos ha afectado mucho. Se nos ha inundado toda la parte de abajo y se ha echado mucha comida a perder», explica, mientras lamenta que «mucha gente no se ha dado cuenta de lo que realmente se ha sufrido con la DANA». Ahora, a esperar los seguros, pero «cómo tantos bares han tenido inundaciones….».
Cerca de ellos se encuentra el hostal «Puerta de Bisagra», donde trabaja de recepcionista María. No estaba el domingo pero cuenta que los compañeros «lo pasaron mal, atendiendo a los clientes para que no les faltara de nada». Los turistas se mostraron agradecidos de todo, aunque no pudieron disfrutar de sus planes. María también se siente agradecida porque, pesé a que entró agua por la terraza y se vieron afectadas las cocheras, «al final ha salido todo bien».
Vídeo: Sara M. Trevejo
«Situación apocalíptica en algunas empresas»
Carreteras cortadas, instalaciones deportivas dañadas, locales afectados, garajes y patios afectados, vehículos inutilizables, vecinos sin luz por unas horas, calles embarradas… Son muchísimas las consecuencias de la DANA en la ciudad, donde, por fortuna no hay que lamentar daños personales
Muchos profesionales, empresas y autónomos, no pueden realizar su trabajo con normalidad, después de la DANA. Es por ello que desde la Federación Empresarial de Toledo, su secretario general, Manuel Madruga, señala la importancia de que «las empresas recaben la mayor parte de documentación sobre los daños que se hayan producido y todo el material fotográfico que puedan». Es importante, además, estar bien asesorado e informado.
Para muchos pasará tiempo antes de volver a la normalidad. Y para otros muchos siempre quedará el temor de que vuelva a pasar. Toledo se va a recuperar, con esfuerzo. Nos quedamos con la voluntad de tantas personas que trabajan para que suceda cuanto antes. Y también, por supuesto, nos quedamos con su sonrisa.
Labores de limpieza tras la DANA en Azucaica. Foto: Rebeca Arango.