"Les miramos casi de refilón, como si no nos diésemos cuenta de que están allí, pero el olor a pobreza extrema provoca que nuestra mirada se clave en ellos. O quizás, lo que provoca ese gesto es el morbo, algo de lo que el ser humano va muchas veces bastante bien servido. También te los puedes encontrar en la puerta de las iglesias, esperando que éstas sean ese edificio donde puedan conseguir un poco de dinero para poder comer ese día..."