Plantan en un colegio un clon del laurel que Bécquer puso en su casa de Toledo en 1868
Bécquer y su hermano Valeriano residieron dos años en Toledo, en la calle de San Ildefonso, y en ese momento (1868) se plantó este laurel, al que el poeta hizo referencia en cartas que escribió a su familia; ha sufrido incendios, nevadas y olas de calor o de frío, pero se ha mantenido vivo