La emblemática iglesia de Cuenca cuyo interior «presenta un estado lastimoso»
Durante la Guerra de la Independencia (1808-1814), la iglesia de la Virgen de la Luz de Cuenca sufrió graves daños: las fuerzas napoleónicas destruyeron el baldaquín original, los retablos y algunas de las pinturas murales. Al terminar la guerra, la iglesia fue olvidada y abandonada, hasta que en 1943, el gran arquitecto Fernando Chueca la redescubrió y revalorizó, refiriéndose a ella en alguno de sus escritos como la obra cumbre de la arquitectura borrominesca española